viernes, 19 de diciembre de 2014

Duras palabras




Soy el primero en admitir que la camiseta de hoy no es especialmente original ni ingeniosa...





Soy el primero en admitir que la camiseta de hoy no es especialmente original ni ingeniosa. En realidad no es más que una de las frases más célebres del cine de los 90 escrita con una tipografía molona y con una combinación de colores muy acertada.

Pero hablar de esta camiseta me da la ocasión de sacar a relucir uno de esos pequeños fragmentos de conocimiento inútil que van tan bien para darte autobombo en una conversación y de paso para rendir homenaje a uno de los nuestros, un auténtico frikazo con todas las de la ley que ha llegado más lejos que lo que cualquiera de nosotros soñaría con llegar: Quentin Tarantino.

Para empezar, hablemos de la frase que adorna la camiseta de hoy. Jules Winnefield (Samuel L. Jackson en el papel que lo convirtió en una estrella), uno de los dos asesinos protagonistas de Pulp Fiction, tiene la costumbre de decirla antes de cargarse a alguien y es así como la oímos por primera vez (en original, aunque el doblaje castellano es excelente, porque Samuel L. Jackson se merece que lo oigamos con su voz). Para abreviar, id directos al segundo 57:


La dice no porque sea un devoto cristiano, sino porque le parece que es algo impresionante y frío que decir a alguien antes de tirotearlo (que Jules sea el protagonista no quiere decir que sea una buena persona).
Porque si fuera un devoto cristiano, quizás sabría que ese fragmento existe de manera diferente en la Biblia. Lo que Jules recita es una combinación entre el auténtico Ezequiel 25, 17 y el Salmo 23.


No pasa nada, porque consigue su objetivo: impresiona. Queda de tipo duro. Es un discurso que puede compararse perfectamente con Bryan Mills (Liam Neeson) amenazando a los secuestradores de su hija en Taken o con Westley (Cary Elwes) describiendo un duelo a sufrimiento en La Princesa Prometida e incluso con Rorschach (Jackie Earle Haley) de Watchmen recordando al resto de prisioneros que le tienen ganas que están encerrados en la cárcel con él y no a la inversa y ver que todas tienen el mismo mensaje: soy un tipo al que no quieres joder… y me has jodido.

Y si no sale de la Biblia ¿de dónde lo sacó Tarantino? ¿Se lo inventó? Pues es aquí, amigos y amigas, donde vemos aparecer al enorme friki que Tarantino lleva dentro (y fuera, nunca lo ha escondido). Porque en 1976 salió en Estados Unidos The Bodyguard, una versión “arreglada” de una película japonesa de 1973 llamada Karate Kiba. Esta versión añadía 10 minutos al principio de la película original y era en este añadido donde nos encontramos con esto:




Sí, exacto, prácticamente el mismo discurso, cambiando el nombre de Yahvé por el del protagonista de la película (Sonny Chiba, una auténtica leyenda del cine de acción japonés). Ya tenéis una anécdota cinéfila para callar vuestro cuñado el enterado en la cena de Navidad, que está a la vuelta de la esquina. De nada.


Y aquí la segunda cosa que quería tratar en este artículo y con la que quiero cerrarlo. Fue el mismo Tarantino quien reveló el origen de la frase en una entrevista. Y es que, como hemos dicho, nunca ha escondido sus orígenes como fan y nunca pierde la ocasión de homenajear a sus referencias en sus películas. Por ejemplo, el mismísimo Sonny Chiba (ídolo de la infancia de Tarantino) hace un cameo en Kill Bill como Hattori Hanzo, el forjador de espadas camuflado de cocinero de sushi. La lista de referencias que incluyen sus películas alargaría demasiado este artículo, que ya es suficientemente largo (por suerte, la gente de TvTropes ya se ha encargado de ello). Tarantino ha conseguido algo que a muchos de nosotros nos hubiera parecido imposible: triunfar no a pesar sino gracias a su profundo amor por aficiones que la sociedad puede considerar infantiles o inmaduras. Y aunque el friki ya no lleva consigo el estigma que antes llevaba (hay quien dirá que hasta se ha puesto de moda) aún es visto con cierta condescendencia. Para esos momentos, acordaos del bueno de Quentin (aunque no demasiado, ya tiene un ego muy grande y no hace falta que se lo hinchemos más) y de lo lejos que puedes llegar si amas suficientemente lo que haces.


P.D.: Iba a cerrar el artículo aquí, pero esta misma semana ha salido otro capítulo de Epic Rap Battles of History que me parece muy apropiado para rematar el texto de hoy. ¡Hasta la próxima!
 

1 comentario:

  1. Es que así no se puede... Me dais Tarantino y epic rap battles y yo ya firmo, claro, hasta antes de seguir leyendo. u.u

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