viernes, 20 de marzo de 2015

Cuando la Dama Fortuna se enfada contigo


Hace un par de meses le dedicamos un artículo al crítico...






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Hace un par de meses le dedicamos un artículo al crítico, el momento en toda partida de rol en que los astros se alinean contigo y te permiten hacer una tirada tan increíblemente imposible que se seguirá hablando de ella con tus compañeros de mesa durante años. Y prometimos dedicarle un artículo a su hermanastra malvada, la pifia. Lo prometido es deuda.

Una pifia es, a grandes rasgos, una tirada excepcionalmente baja durante una partida de rol. Tan baja, que el DJ considera no sólo que has fallado la acción que intentabas hacer, sino que además tú y/o los que estás alrededor tuyo sufren las consecuencias negativas de la acción. Podría extenderme en ejemplos (algunos sacados de la dolorosa experiencia personal), pero creo firmemente en aquello de que una imagen vale más que mil palabras, así que os pido que vayáis al segundo 42 (0:42) del siguiente vídeo:


NOTA: Tenemos otro ejemplo de pifia aquí y un ejemplo de crítico aquí.

La película es, por si no la conocéis, Top Secret, una parodia de las películas de espías con índices de humor absurdo que se salen de la escala. En esta escena, la pifia sucede cuando el personaje en cuestión intenta la acción “romper el cristal con la pistola”. No sólo no lo consigue (lo que sería un fallo normal) sino que además dobla la pistola, con lo que ésta queda inutilizada.

Como dijimos en su momento, cada juego tiene su sistema y, por lo tanto, su manera de determinar qué tiradas son pifias y cuáles no. Pero como Dungeons & Dragons sigue siendo la vara de medir con la que se comparan el resto de juegos, la imagen de un dado de 20 caras en el que se ha sacado un 1 ha quedado por siempre jamás en el imaginario colectivo de los jugadores asociado a la palabra “pifia” (o critical failure para los puristas). En la camiseta de hoy, vemos a uno de estos dados aplastando a un pobre grupo de aventureros. Es una imagen que no le parecerá exagerada a ningún viejo jugador.

Y es que de la misma manera que preguntarle a un/a jugador/a de rol por sus críticos preferidos, pedirle que recuerde alguna pifia ilustre provocará en él/ella una reacción visceral. Las historias fluirán de sus labios igual que con los críticos, pero irán acompañadas de un temblor en la voz y una dilatación de sus pupilas que reflejará el horrible terror que el grupo sintió cuando intentaban pasar sin hacer ruido al lado del dragón dormido y el ladrón pisó sin querer una ramita seca.
 

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