Wololo, wololo, wololo…
Puedes encontrarla en: http://karmaleoncamisetas.com/videojuegos/141-esta-camiseta-era-azul-pero-me-hicieron-el-wololo.html
http://karmaleoncamisetas.com/videojuegos/140-esta-camiseta-era-roja-pero-me-hicieron-el-wololo.html
Wololo, wololo, wololo…
Me encantan los juegos de estrategia en tiempo real, en los que debes conseguir recursos y guerrear para obtener mejoras o avanzar. Juegos como Warcraft, Rome, Warhammer, Civilization, Empire Earth, Imperium, etc. ¡La lista sería larga! Pero es inevitable, todos tenemos uno preferido. Uno que, por alguna razón, nos mola un poco más que todos los demás. En mi caso, es Age of Empires. ¡Me encanta! ¡Toda la saga! ¡Con todas sus ampliaciones!
Sé que no es el mejor juego en su especie, pero me gusta precisamente por su sencillez. Y supongo que también por lo entrañable y nostálgico que me parece, ya que con el me adentré en el mundo de la estrategia. He de reconocer, que a día de hoy, en mis ratos muertos y cuando necesito desconexión, aun me hago alguna partidita al Age of Empires III.
Por eso cuando vi estas camisetas, se me cayó la lagrimita. La encontré súper original. Porque si has jugado a Age of Empires sabes que hay sacerdotes. Sacerdotes que, en la primera y la segunda parte del juego, curan a las unidades heridas, que recogen reliquias y que hacen wololos. ¿Y que es un wololo? Era la habilidad más útil que tenían. Eran capaces de convertir una unidad enemiga y pasarla a tu ejército. Era genial cuando tu no tenías suficientes recursos para crear algunas unidades más molonas, pero tu enemigo te venía a atacar con una de estas unidades. Si tenías un sacerdote le hacías un wololo y automáticamente esa unidad cambiaba de color y se pasaba a tu bando.
En realidad no se llama wololo. En realidad era convertir. ¿Pero porque le llaman wololo? Wololo es la palabra que repite el sacerdote mientras convierte a la unidad enemiga.
Me encantan los juegos de estrategia en tiempo real, en los que debes conseguir recursos y guerrear para obtener mejoras o avanzar. Juegos como Warcraft, Rome, Warhammer, Civilization, Empire Earth, Imperium, etc. ¡La lista sería larga! Pero es inevitable, todos tenemos uno preferido. Uno que, por alguna razón, nos mola un poco más que todos los demás. En mi caso, es Age of Empires. ¡Me encanta! ¡Toda la saga! ¡Con todas sus ampliaciones!
Sé que no es el mejor juego en su especie, pero me gusta precisamente por su sencillez. Y supongo que también por lo entrañable y nostálgico que me parece, ya que con el me adentré en el mundo de la estrategia. He de reconocer, que a día de hoy, en mis ratos muertos y cuando necesito desconexión, aun me hago alguna partidita al Age of Empires III.
Por eso cuando vi estas camisetas, se me cayó la lagrimita. La encontré súper original. Porque si has jugado a Age of Empires sabes que hay sacerdotes. Sacerdotes que, en la primera y la segunda parte del juego, curan a las unidades heridas, que recogen reliquias y que hacen wololos. ¿Y que es un wololo? Era la habilidad más útil que tenían. Eran capaces de convertir una unidad enemiga y pasarla a tu ejército. Era genial cuando tu no tenías suficientes recursos para crear algunas unidades más molonas, pero tu enemigo te venía a atacar con una de estas unidades. Si tenías un sacerdote le hacías un wololo y automáticamente esa unidad cambiaba de color y se pasaba a tu bando.
En realidad no se llama wololo. En realidad era convertir. ¿Pero porque le llaman wololo? Wololo es la palabra que repite el sacerdote mientras convierte a la unidad enemiga.
No sé porqué en versiones posteriores eliminaron
la habilidad de convertir. Creo que era la más interesante de los sacerdotes…
Así que ya sabes, la próxima vez que conozcas a
alguien, y quieras saber si es de l@s buen@s, en algún momento de la
conversación suelta un “wololo”. Según con la cara que te mire sabrás si has
perdido una amistad por estar chiflad@ o la has convertido a tu color.
Oooooooh qué grande el AoE!! Y la de años que hará que no juego pero bueno... Me gustaban los primeros, ni sabía que habían quitado la habilidad de convertir. Y las voces eran ya legendarias, del orden de lo de catapultar vacas y similares... *-* Aaaah... la infancia.
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