viernes, 10 de julio de 2015

Rompiendo malo



Dije en el artículo del viernes pasado que teníamos pendiente dedicarle una camiseta a Breaking Bad...




Dije en el artículo del viernes pasado que teníamos pendiente dedicarle una camiseta a Breaking Bad. Y eso, en cierta manera, es lo que vamos a hacer.

Pero antes de continuar, la advertencia de rigor: el siguiente artículo del blog puede contener spoilers. Los redactores no se hacen responsables de los hilos argumetnales desvelados durante la lectura de dicho artículo.

Breaking Bad trata de Walter White, un genio de la química al que la vida ha llevado a dar clases en un instituto de secundaria donde los alumnos no tienen el más mínimo respeto ni por él ni por la asignatura que enseña. Un día, el médico le dice que tiene un cáncer terminal y siente que debe hacer lo posible para dejarle la vida resuelta a su mujer, su hijo adolescente con parálisis cerebral y la hija que está a punto de nacer. La idea le viene cuando acompaña a su cuñado Hank a una redada de fabricantes de metanfetamina. Cuando se entera del dinero que pueden ganar y reconoce a un antiguo alumno suyo, Jesse Pinkman, que consigue huir de la redada, se le ocurre una idea descabellada, pero que puede dar mucho dinero en poco tiempo: ¿por qué no usar sus vastos conocimientos en química para fabricar la mejor metanfetamina del mercado?

Y así Walter y Jesse comienzan caminos que les llevarán a lugares muy distintos a los que empezaron. Si normalmente las sagas describen el llamado “Viaje del Héroe”, Breaking Bad describe el “Viaje del Villano”, su auge, su caída y su posible(o no) redención.

Y en ese viaje, ocurre la escena que veremos a continuación, cuando finalmente Walter debe explicar a su mujer, Skylar, cómo son las cosas de verdad (aunque la interpretación de Bryan Cranston es soberbia, ponemos aquí la versión doblada al castellano):


Es el momento de afirmación de Walter, donde ya no puede parar, donde ya no le importa nada más que su ego (por mucho que él se diga lo contrario). El profesor de química apocado y fracasado ha desaparecido y en su lugar se revela Heisenberg, el genio criminal que tiene en jaque a la policía.

“Yo soy el peligro”, cuatro palabras que dicen mucho. Y que se verá como son ciertas durante lo que queda de serie.

Y mientras en Estados Unidos se hacen cosas así, en nuestro país tenemos como serie estrella… “Cuéntame”, una reexplicación lavada con detergente (para quitarle muchas manchas, ehem) de los años de la Transición Española. “Cuéntame” narra la historia de la familia Alcántara (padre, madre, tres hijos y abuela), de clase medie que vive en el ficticio barrio de San Genaro, en Madrid. Y pensándolo bien, el patriarca Antonio Alcántara tiene algunos puntos en común con Walter White: es un hombre a quien su honestidad no ha llevado a ningún lado, no carente de un cierto orgullo que durante el transcurso de la serie se verá enfrentado a la subversión de sus valores personales, llegará a estar implicado en una trama criminal (metido por otros en lugar de por sí mismo) y se verá (temporalmente) separado de su mujer y tentado por su lado oscuro.

Si hay un actor español con las tablas para hacer de Walter White, ese es Imanol Arias, no me cabe ninguna duda. Me lo puedo imaginar dando toda la fuerza a ese “Yo soy el peligro, Merche”. Y quien sabe, quizás se trate de una evolución similar a la del propio Bryan Cranston, que paso de la comedia familiar pero ácida de Malcolm in the Middle al drama sin freno de Breaking Bad.

Antes no me lo imaginaba, pero tras ver la camiseta de hoy… ¡vaya si me lo imagino!

¡Buen fin de semana!

P.D.: La traducción correcta de Breaking Bad sería “Volviéndose malvado”… aproximadamente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario