viernes, 3 de julio de 2015

1 fotograma, 7 camisetas


Pues sí, otra vez más hacemos un artículo dedicado a una imagen frecuentemente imitada por artistas de la camiseta de todo el mundo...




Pues sí, otra vez más hacemos un artículo dedicado a una imagen frecuentemente imitada por artistas de la camiseta de todo el mundo. La verdad, podríamos haber hecho una segunda parte del de “AKIRA”, porque camisetas inspiradas en ello hay a patadas. Pero nos apetecía hacer algo más original y cambiar un poco de registro.

Para los que no reconozcan la imagen superior, se trata de un fotograma de la película “Mi vecino Totoro” (Tonari no Totoro), la segunda película del Estudio Ghibli y la cuarta película de Hayao Miyazaki como director (a quien ya dedicamos un artículo en este blog), en la que se ve a la protagonista Satsuki, su hermana pequeña, Mei, y a Totoro, un espíritu del bosque, esperando bajo la lluvia en la parada de autobús de un pueblo del Japón rural de postguerra.

No voy a destripar el lugar que ocupa esta escena en la película, porque quiero que os busquéis una copia y la veáis entera porque vale mucho la pena. Sólo hay que decir que, de la misma manera que el póster de Kaneda del artículo anterior, esta imagen ha inspirado a varios diseñadores. He aquí una muestra.

Para empezar, cruzaremos Totoro con otro anime, “Ranma ½”:


Este redactor confiesa tener una debilidad especial por “Ranma ½”, no sólo porque la considero parte capital de mi adolescencia sino porque gracias a ella conocí a personas que hoy en día aún son buenos amigos míos.

Para los que vivieran bajo una piedra durante toda la década de los 90, “Ranma ½” es una serie que combina la acción y las artes marciales con la comedia romántica y la comedia del absurdo, y a la que se considera inventora del concepto de “dodecaedro amoroso” (para cuando un simple triángulo no basta). Trata de Ranma Saotome, un chaval de 16 años a quien su padre, Genma, se llevo de pequeño a un viaje por el mundo para convertirlo en el mejor artista marcial de la historia. Hasta que un día su padre le dice que vuelven a Japón para cumplir la promesa que hizo con su compañero de entrenamiento de juventud, Soun, por la que tendrá que casarse con una de las tres hijas de éste, Kasumi, Nabiki o Akane.

Hasta aquí, ya hay ingredientes para el desastre, pero es que además, en la última etapa de su viaje tanto su padre como él adquirieron sendas maldiciones en los Manantiales de Jusenkyo. Ahora, cada vez que se moja con agua fría Ranma se convierte en una chica, mientras que su padre se convierte en el gigantesco oso panda que se ve en la camiseta (más tarde en la serie aparecen otros personajes malditos como Ryoga, que se transforma en el cerdo que se ve en la camiseta y otros que se transforman en gato, pato, monstruo…). Para volver a su forma original deben mojarse con agua caliente.

Pero mejor dejar un análisis profundo de la serie para otro día en que le pueda dedicarle un artículo entero. A éste, vuestro humilde redactor, la ha encantado una camiseta que mezcla dos de sus animes favoritos y por eso os la presento.


Seguimos. Totoro es un film familiar que gustará a adultos pero que encandilará a los niños. Con esto en mente, hay a quien se le ocurrió cruzar esta imagen con una de las obras cumbres de la literatura infantil: “Donde viven los monstruos”, de Maurice Sendak.


“Donde viven los monstruos” es un cuento cortísimo sobre un niño, Max, que es incapaz de controlar sus emociones y es castigado a su habitación. Desde allí será transportado a una isla llena de monstruos que lo convierten en su rey. Y si sigo me cargo todo el intríngulis del cuento. Sólo decir que se le hizo una adaptación cinematográfica en 2009 que expande mucho la historia del cuento y que cuenta con buenas críticas.

Hasta aquí, todo de bastante buen rollo. Pero, ay, los humanos somos como somos y nos gusta subvertir incluso las escenas de felicidad. Por eso hay quien decidió hacer un rediseño… inquietante… bah, para qué mentir, terrorífico, de la escena:


Un Totoro carnívoro con restos de cadáveres en la boca, una Satsuki (si es que es ella) ensangrentada y con una recortada en las manos… Y aun así, no la encuentro tan terrorífica como la siguiente:


Me diréis “¿En serio? ¿Qué tiene de terrorífico el Monstruo de las Galletas?”. Pues si eres una galleta como la de la camiseta, mucho. ¿Os acordáis lo que esa bola de pelo azul hace con las galletas?


Así que antes de que nos censuren el blog por traumatizante, vamos a intentar rebajar un poco el nivel de violen… nah, que va,  aún nos queda otra:


Pues sí, un cruce con Breaking Bad (otra serie a la que le debemos un artículo). Y quien haya visto la serie sabe que el nivel de violencia está por todo lo alto ya desde la primera temporada. Para los que no… vedla, vale mucho la pena, pero no digáis que no os hemos avisado.

¿Ya? ¿Podemos volver al buen rollo?

Ilusos. Por supuesto que no.

Porque, claro, no podía faltar una mención a la serie que más lo peta (a veces literalmente) en nuestros días. No podíamos irnos sin sacar a Jon Nieve y Fantasma:


Fijaos, casi parecen Calvin y Hobbes, si no fuera porque la serie se ha vuelto sinónimo de “muerte inesperada de personaje protagonista”.

Vale, ya está bien. “Mi vecino Totoro” es una película positiva (en general) y aquí hay que volver al lado positivo de las cosas. Con el calor que hace ¿por qué no nos vamos a la playa?


Muchísimo mejor, que me va usted a contar. Esta imagen es un buen punto para acabar en alto el artículo de hoy.

“Mi vecino Totoro” pertenece a la terna de películas más conocidas de Ghibli junto a “Princesa Mononoke” y “El viaje de Chihiro”, pero de las tres es la que ha llegado a un punto de identificación más alto con el trabajo del estudio. La película contiene todos los elementos característicos que Miyazaki imprimía en su cine (y, en ciertos puntos, es hasta autobiográfica) y decir “Totoro” se ha convertido casi en un sinónimo de decir “Ghibli”… hasta el punto en que este espíritu del bosque se ha convertido en la mascota y logotipo del estudio.


Así que si os sentís un poco bajos de moral y tenéis una horita y media este fin de semana, buscaos una copia de esta película, desconectad el teléfono, bajad las luces y disponeos a disfrutar de una de las grandes obras de arte del cine de animación.
¡Buen fin de semana!

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